¿Te nutres sólo con comida?

Estoy en ese período en el que quiero escribir sobre nutrición, recopilando información, ordenándola mentalmente para poder trasladarla de una manera sencilla y amena. Pero ha sido en este momento y en otros de mi vida cuando me he parado a reflexionar sobre cómo nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestro ser, no sólo se nutre de alimentos comestibles, sino también de otros alimentos que nos nutren de otra manera, que nos sacian, generan plenitud y nos hacen saborear cada momento de la vida.

VER crecer a tus hijos, su sonrisa, tu familia, tus amigos, maravillarte con la naturaleza con sus colores y formas, cualquier paisaje, apreciar la gama de colores que tiñe el cielo en la puesta de sol, contemplar el firmamento, la luz de la luna y el brillo de las estrellas, un viaje a un lugar nuevo, volver a casa, ver un concierto, el arte, la lectura de un buen libro que te absorbe y te hace viajar con la mente, aprender algo nuevo, la luz del otoño, apreciar la suave llegada de una ola a la orilla…

El OLOR del café por la mañana, el aroma de una rosa, de tu bebé, de la lavanda, del romero, de la jara, de un guiso, el olor de la tierra mojada después de una tormenta, el olor del mar, de ese perfume que te traslada de inmediato a ese momento de tu vida, esto también nos nutre.

SENTIR el agua que se escapa entre tus dedos, la arena en los pies, la rugosidad de un tronco viejo, la suave hierba, la brisa del mar, el frío en la cara por la mañana y el calor del sol de la tarde, las pataditas de tu bebé en la barriga durante el embarazo, un cálido beso, una suave caricia y un fuerte abrazo, esto también nos nutre.

EL SONIDO del tintineo de la lluvia en la ventana, las risas de tus hijos, la voz de tus seres queridos, las carcajadas con tus amigos, una suave melodía, o esa canción que no sabes por qué te hace sentir bien, el murmullo de un río en su transcurrir, el sonido de las olas, una buena conversación o un sincero agradecimiento, esto también nos nutre.

SABOREAR ese alimento que te hace cerrar los ojos sin querer, para poder apreciar mejor lo rico que está, ese trago de agua que sacia tu sed, una bebida refrescante, una tostada con un buen aceite de oliva y un toque de sal, esto también nos nutre.

En definitiva, infinidad de momentos que, si sabemos apreciarlos, nos nutren tanto o más que la comida misma, momentos personales, esos que muchas veces son difíciles de definir con palabras. Porque la vida está llena de matices y nutrirse con los cinco sentidos contribuye a diseñar esa nutrición de la forma más saludable posible.

¡FELIZ AÑO 2025!